Sé que soñar no cuesta nada y
también sé que los sueños generalmente llevan a las más grandes de las
desilusiones. Sin embargo, es a través
del mundo onírico que surgen las más geniales e interesantes ideas que, desde
mi punto de vista, nuestro cerebro diseña.
Sin más preámbulo, el sueño o
idea que quiero comentar:
A veces me resulta inexplicable,
me resulta increíble, como jugadores venezolanos de fútbol van surgiendo por
todas partes dada las precarias condiciones sociales, deportivas, económicas y
culturales que rodean el ambiente de nuestro fútbol y más aún el fútbol
infantil.
Si bien es cierto que el interés
en el fútbol en nuestro país es un fenómeno indetenible, principalmente a
partir de la Copa América 2007 y de diferentes torneos “exitosos” realizados
por equipos venezolanos como Caracas FC, Estudiantes de Mérida y Deportivo
Táchira, debemos reconocer los verdaderos amantes e hinchas de algunos de los
clubes de fútbol de nuestra tierra que el panorama, en comparación con el
béisbol, aún luce desolador.
Sí, es cierto, hemos tenido
avances y muestra de ellos parece que será la más que probable salida de 6 a 7
jugadores al exterior desde nuestro campeonato, transformándose y engrosando la
lista de jugadores venezolanos en el exterior o simplemente VENEX o legionarios.
También es muestra de ello el gran y creciente interés que genera nuestra
selección Vinotinto y como ahora en diarios deportivos y no deportivos
nacionales se dedica grandes espacios y recursos para hablar y comentar sobre
el acontecer de nuestra selección.
Muestra de crecimiento también
puede considerarse las diferentes clasificaciones a Mundiales organizados por
la FIFA que, en categorías menores tanto femeninas como masculinas, en los
últimos años ha obtenido el fútbol venezolano. Sin embargo, parece que, a
excepción de la Vinotinto Femenino Sub 17 que fue capaz de ganar arrollando a
sus rivales en Paraguay el Suramericano de la categoría en 2013, parece que nos
cuesta ese momento grande, ese último paso que nos dé el paso definitivo a la
gloria.
Hay dos momentos en nuestra
historia futbolística reciente que
ilustran este momento, ese paso que nos falta a la gloria: El primero
fue la definición por penales en las semifinales de la Copa América de
Argentina que terminó ganando Paraguay y en el que Venezuela no fue capaz de
superar ese momento agónico del tiro de pena máxima. El segundo momento, en mi
opinión, en realidad es una secuencia o una consecución de momentos vividos en
la Eliminatorias al Mundial Brasil 2014: Hubo juegos donde la Vinotinto se iba
adelante o encimaba a los rivales pero no terminaba de concretar, de dar el
golpe y por el contrario, hubo una arremetida del equipo contrario y los
resultados son conocidos: derrota en Lima, derrota en Puerto La Cruz ante
Chile, empate en Puerto La Cruz ante Ecuador, empate ante Bolívia en La Paz, derrota
ante Uruguay en Puerto Ordaz y empate con Paraguay en San Cristóbal. Resultado
final, otra vez, Venezuela queda fuera del Mundial.
Ante el pesar y la tragedia de
haber desperdiciado la mejor oportunidad de nuestra historia para entrar en un
Mundial de mayores, es necesario entonces seguir adelante, no hay mejor opción.
Lo que queda es recomponernos, analizar lo positivo que tenemos y a partir de allí
volver a intentarlo.
Pero claro, debemos pensar en el
futuro de nuestro fútbol en tres etapas de un proyecto. Debemos pensar que
existen tres áreas cuya delimitación debe estar bien clara para poder construir
las bases de un futuro cuya característica sea el éxito constante y frecuente
de clasificaciones y buenas actuaciones en torneos FIFA.
La primera etapa debe ser el
corto plazo. Esta etapa estará marcada por el trabajo intenso que debe hacer la
selección de mayores con miras a la obtención (¿Por qué no?) de una Copa
América o de una actuación que iguale o supere a la obtenida en la edición pasada. Lo mínimo
entonces sería pasar a la final. Veamos, en mi opinión, el material humano lo
disponemos, los recursos monetarios, el apoyo del país está, lo único que no
tenemos es el Director Técnico y es en este punto donde muestro mi total
preferencia y predilección por el mejor técnico venezolano de la actualidad:
Noel “Chita” Sanvicente. Los resultados, la experiencia, los títulos, los
jugadores, los métodos, la prensa, todos lo avalan, pero la FVF y el dúo
diabólico de Rafael Esquivel y Laureano González siguen empeñados en no
contratar a Chita porque el técnico más exitoso de nuestra historia desnudará
las terribles falencias y graves trácalas que hay en la FVF. Sólo pensemos en
Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Margarita y ya podremos imaginar una
situación conflictiva.
La segunda etapa debe ser a
mediano plazo. Esta etapa evidentemente se nutrirá de los resultados obtenidos
en la primera de las etapas, la Copa América Chile 2015, pero desde ya debemos
ir pensando en ese camino, que no es otro que el Mundial de Rusia 2018. Tomando
como hipótesis que el técnico venezolano sea “Chita” Sanvicente, sentimos
alegría porque el panorama en cuanto a jugadores de peso en todos los aspectos
del juego va en aumento. Tomemos como válido esa propuesta final de Farías en
sustentar a la Vinotinto en los jugadores pequeños y habilidosos como Josef
Martínez, Rómulo Otero, Yohandry Orozco
y el juego que deberá desarrollar la selección será muy rápido, muy vertical,
fuerte en defensa, rápido en las transiciones, jugadores habilidosos y que
sepan jugar al primer toque, es decir, el típico juego de un equipo de “Chita”
Sanvicente.
Sólo de imaginar una selección
con Dani Hernández en el arco; Victor García y Roberto Rosales en los
laterales; Oswaldo Viscarrondo y Fernando Amorebieta como centrales; Tomás
Rincón y la posible incorporación de Manuel Schmiedebach como mediocampitas de
contención y armado; Yohandry Orozco, Josef Martínez y Rómulo Otero en el
mediocampo ofensivo, o quizás el mismo Pedro Ramírez y con una única punta como
José Salomón Rondón, da para pensar que tendremos una selección fuerte,
compacta y de buen pie que será capaz de parársele de tú a tú a cualquier rival
del continente. Y el banquillo, las reservas serán también de gran lujo al
contar con jugadores como Mario Rondón, Pedro Ramírez, Andrés Tuñez, quizás el
mismo Jeffren Suárez y varios otros habituales como Alexander González, Frank
Feltscher, etc. Suponemos que el camino será difícil, pero confiamos en la
garra y entrega, buen toque, juego asociado que caracterizan a los equipos de
Noel Sanvicente en su historial como técnico.
Pero, queda ahora hablar de esa
tercera etapa, lo que ya evidenciamos debe ser el largo plazo. La idea no es
sólo ganar una Copa América en Chile y clasificar al Mundial en Rusia. Si
pensamos sólo en eso, quedará como el recuerdo de una gran gesta heroica
llevada adelante por una Generación de Oro pero sin dar verdaderas bases a nuestro
fútbol. Será el momento entonces de revisar y evaluar todo lo perdido con una
generación para el recuerdo y será, eterno dilema del venezolano, momentos de
buscar culpables, de correr la arruga. Ahora, si queremos evitarnos esa
tragedia y ese lamento típico nuestro, empecemos desde ya a pensar no sólo en
el Mundial de 2022 en Qatar, sino también en una generación sustentable de
talentos aprovechables que nos lleven a la cima y nos aseguren el éxito
deportivo permanente.
A ver, el escenario actual es una
gran cantera de futbolistas regados por el país con muchos talentos incipientes
que buscan la manera de destacar en categorías inferiores y que terminan o
emigrando al exterior para tener oportunidades con alguno de los equipos del
extranjero o terminan por abandonar la práctica del deporte más hermoso del
mundo, como diría el conocido Luís Omar Tapia.
Otro aspecto a evaluar son lo
poco estructurado de nuestro fútbol menor ya que son muy pocos los equipos
profesionales que, en serio, apuesten por sus categorías menores. Podemos
hablar que, salvo Caracas FC y quizás algún otro equipo como Deportivo La
Guaira, de 7 años para acá es que los equipos de fútbol profesional van
pensando en fortalecer sus divisiones inferiores. Y la razón para hacerlo es
sencilla: al haber tanto talento, sale mejor y más barato invertir en talento
de la casa que seguir pagando sueldos impagables a extranjeros y a jugadores
consagrados.
Otra razón de peso para esta
reciente inversión y ante la evidente prolijidad de la cantera de jugadores
venezolanos es la razón económica y de rentabilidad. Veamos lo hecho por el
Caracas FC en detalle: En los últimos años, el Rojo se ha convertido en
exportador constante de talento. Recordemos los casos de Ronald Vargas, Roberto
Rosales, Oswaldo Viscarrondo, Alexander González, Josef Martínez, Fernando
Aristeguieta y la más que probable venta de Rómulo Otero y veremos que los
avileños han sabido capitalizar la inversión realizada en la formación de los
jugadores. Ahora entendemos el gran interés de la gerencia deportiva en
promover su política de exportación de talento. Incluso, con la llegada de
Eduardo Saragó al banquillo rojo, esa tónica se mantiene y ya hemos visto a
varios jugadores juveniles formados en el Rojo debutando en primera de la mano
del técnico caraqueño.
Ante las referencias mencionadas
del Caracas FC y los éxitos recientes en divisiones menores a nivel de
selección, surge la necesidad de plantearnos alguna solución y/o propuesta que
nos lleve a trabajar en ese largo plazo mencionado.
Si revisamos las zonas de origen
y residencia de los jóvenes que en los últimos años se han destacado en la
práctica de fútbol, podremos observar que su aparición no se ha concentrado en
zonas específicas del país sino que más bien han aparecido en zonas tan
distantes como Zulia, Sucre, Bolívar,
Miranda, Aragua, Carabobo, Yaracuy, Portuguesa, Mérida, etc. Es decir,
entonces, que el fenómeno de la explosión de talento futbolístico no se remite
sólo a Caracas, Valencia, Maracay o Maracaibo, que también tienen gran
producción de talento, como centros neurálgicos y exclusivos para talentos sino
que es un fenómeno de carácter nacional.
Ahora, es aquí donde empezamos a
figurar una propuesta y donde la capacidad de imaginación se suelta, se
desborda y empezaríamos con las hipótesis. Si yo fuese Ministro del Deporte,
aplicaría un plan nada fácil y nada sencillo pero de posible aplicación. El
plan es el siguiente: Empezaría a zonificar el país por zonas de influencia,
haciendo un estudio detallado de aparición o predilección por la práctica del
fútbol en el país. Luego, dividiría el territorio nacional en 10 sectores y en
cada sector establecería un CAR (Centro de Alto Rendimiento o Centro de Entrenamiento)
exclusivo para la práctica deportiva y la residencia de los jóvenes
seleccionados. También podría ser aplicado en las capitales de cada estado y en
lugar de tener 10 CAR tendríamos 22 y eso haría mucho más exhaustivo la
búsqueda y selección de talento juvenil futbolístico.
Supongamos que ahora combinamos
ambas propuestas y que en cada estado
establecemos un Centro de Alto Rendimiento y que a su vez creamos 10 zonas
espaciales donde reuniríamos los mejores por estado o centro y podríamos tener
la siguiente división:
1.-CAR Zona Central (Ubicado en
Valles del Tuy y donde entrarían Aragua, Miranda y norte de Guarico).
2.- CAR Caracas (Ubicado en la
capital y cuyo ámbito de interés serían jugadores de la ciudad más los altos
mirandinos).
3.- CAR Guayana (Ubicado o en
Ciudad Bolívar o en Puerto Ordaz y cuyo ámbito de interés serían los estados
Bolívar, Delta Amacuro y Amazonas).
4.- CAR Oriente (Ubicado en
Margarita, en Coche o en Cumaná y cuyo ámbito de interés serían los estados
Sucre, Anzoátegui, Nueva Esparta y Monagas).
5.- CAR Occidente (Ubicado o en
Barquisimeto o en San Felipe y cuyo ámbito de influencia serían los estados
Carabobo, Yaracuy, Lara y Falcón).
6.- CAR Los Llanos (Ubicado en
Acarigua y cuyo ámbito de influencia serían los estados Portuguesa, Cojedes y Guarico
Sur).
7.- CAR Zulia (Ubicado obviamente
en Maracaibo o en Cabimas).
8.- CAR Los Andes I (Ubicado en Timotes o en Apartaderos y con
influencia en Trujillo y norte de Mérida).
9.- CAR Los Andes II (Ubicado en
El Vigía o en La Grita con influencia directa en el sur de Mérida y en el
estado Táchira).
10.- CAR Los Llanos Sur (Ubicado
en Socopó o en Barinas y con zona de influencia en Apure y en Barinas).
Ahora bien, el proceso de
captación y selección de talento infantil y juvenil sería bien sencillo: Al
jugador destacar en una escuelita de fútbol menor o torneo aficionado también,
pues inmediatamente debería ser abordado y reclutado para el centro estatal,
luego si el joven sigue destacando, pudiera entonces pasar al CAR de su zona
respectiva y por último paso, engrosar la selección nacional de fútbol
correspondiente a su edad.
Los chicos que engrosen este
sistema de fútbol de categorías menores deberán estar residenciados en la
escuela a la que pertenezcan y tendrán clases en la mañana o en la tarde como
un sistema regular de clases, pero también en el otro turno deberán entrenar.
También podrían recibir clases de música, artes, educación para el trabajo, que
vayan enriqueciendo la formación de nuestros jóvenes talentos futbolísticos.
Ahora, si es de seguir soñando,
llegaría entonces el chance acercarnos a grandes clubes del mundo para que
tutelen, asesoren y respalden las escuelas de formación que se vayan instalando
y por qué no, más adelante, desarrollar incluso Campeonatos auspiciados y
apoyados por esos grandes clubes. Clubes como Boca Juniors, River Plate, FC
Barcelona, Real Madrid, Inter de Milán, AC Milán, Juventus, Arsenal, Liverpool,
Manchester United, Sporting de Lisboa, FC Porto, SL Benfica, Bayern Munich,
Borussia Dortmund, Ajax, Feyenoord, Twente; recibirían una invitación a ser
parte de este proyecto y regentar alguno de los centros futbolísticos por
capital de estado.
La creación de estos centros y de
este sistema imitaría de alguna forma el gran éxito generado con el Sistema
Nacional de Orquestas Infantiles y permitiría vigilar y monitorear el
crecimiento, desarrollo, necesidades y formación académica de al menos 4 mil
jóvenes de todo el país y ensancharían el espectro de las selecciones
nacionales infantiles, juveniles y ya adultas.
Este proyecto o idea es bien
flexible y sería fácilmente aplicado a la rama femenina. Es decir, generar la
misma cantidad de escuelas o centros también para la formación de jugadoras de
fútbol femenino y ya no sólo serían 4 mil sino 8 mil los jóvenes atendidos y
con garantía de éxito y buena formación física, intelectual y hasta moral.
Incluso, así como el Sistema
Nacional de Orquestas Infantiles organiza giras anuales para sus miembros, es
posible que en este proyecto, los involucrados puedan hacer giras alrededor del
mundo, visitando América del Sur, Europa y África, de manera que el nivel, el
fogueo y la competitividad de nuestros jóvenes futbolistas vaya subiendo.
He aquí delineado mi pequeña
propuesta en pro del fútbol nacional. Puede que genere adeptos, puede que
genere enemigos. Quedará para discusiones y mejoras o posiblemente, si es que a
las hipótesis queremos volver, quedará solamente escrito en este blog, sin
ningún interés para alguno de los entes involucrados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario