domingo, 20 de abril de 2014

Para una propuesta de Fútbol en Venezuela


Sé que soñar no cuesta nada y también sé que los sueños generalmente llevan a las más grandes de las desilusiones. Sin embargo,  es a través del mundo onírico que surgen las más geniales e interesantes ideas que, desde mi punto de vista, nuestro cerebro diseña.
Sin más preámbulo, el sueño o idea que quiero comentar:
A veces me resulta inexplicable, me resulta increíble, como jugadores venezolanos de fútbol van surgiendo por todas partes dada las precarias condiciones sociales, deportivas, económicas y culturales que rodean el ambiente de nuestro fútbol y más aún el fútbol infantil.
Si bien es cierto que el interés en el fútbol en nuestro país es un fenómeno indetenible, principalmente a partir de la Copa América 2007 y de diferentes torneos “exitosos” realizados por equipos venezolanos como Caracas FC, Estudiantes de Mérida y Deportivo Táchira, debemos reconocer los verdaderos amantes e hinchas de algunos de los clubes de fútbol de nuestra tierra que el panorama, en comparación con el béisbol, aún luce desolador.
Sí, es cierto, hemos tenido avances y muestra de ellos parece que será la más que probable salida de 6 a 7 jugadores al exterior desde nuestro campeonato, transformándose y engrosando la lista de jugadores venezolanos en el exterior o simplemente VENEX o legionarios. También es muestra de ello el gran y creciente interés que genera nuestra selección Vinotinto y como ahora en diarios deportivos y no deportivos nacionales se dedica grandes espacios y recursos para hablar y comentar sobre el acontecer de nuestra selección.
Muestra de crecimiento también puede considerarse las diferentes clasificaciones a Mundiales organizados por la FIFA que, en categorías menores tanto femeninas como masculinas, en los últimos años ha obtenido el fútbol venezolano. Sin embargo, parece que, a excepción de la Vinotinto Femenino Sub 17 que fue capaz de ganar arrollando a sus rivales en Paraguay el Suramericano de la categoría en 2013, parece que nos cuesta ese momento grande, ese último paso que nos dé el paso definitivo a la gloria.
Hay dos momentos en nuestra historia futbolística reciente que  ilustran este momento, ese paso que nos falta a la gloria: El primero fue la definición por penales en las semifinales de la Copa América de Argentina que terminó ganando Paraguay y en el que Venezuela no fue capaz de superar ese momento agónico del tiro de pena máxima. El segundo momento, en mi opinión, en realidad es una secuencia o una consecución de momentos vividos en la Eliminatorias al Mundial Brasil 2014: Hubo juegos donde la Vinotinto se iba adelante o encimaba a los rivales pero no terminaba de concretar, de dar el golpe y por el contrario, hubo una arremetida del equipo contrario y los resultados son conocidos: derrota en Lima, derrota en Puerto La Cruz ante Chile, empate en Puerto La Cruz ante Ecuador, empate ante Bolívia en La Paz, derrota ante Uruguay en Puerto Ordaz y empate con Paraguay en San Cristóbal. Resultado final, otra vez, Venezuela queda fuera del Mundial.
Ante el pesar y la tragedia de haber desperdiciado la mejor oportunidad de nuestra historia para entrar en un Mundial de mayores, es necesario entonces seguir adelante, no hay mejor opción. Lo que queda es recomponernos, analizar lo positivo que tenemos y a partir de allí volver a intentarlo.
Pero claro, debemos pensar en el futuro de nuestro fútbol en tres etapas de un proyecto. Debemos pensar que existen tres áreas cuya delimitación debe estar bien clara para poder construir las bases de un futuro cuya característica sea el éxito constante y frecuente de clasificaciones y buenas actuaciones en torneos FIFA.
La primera etapa debe ser el corto plazo. Esta etapa estará marcada por el trabajo intenso que debe hacer la selección de mayores con miras a la obtención (¿Por qué no?) de una Copa América o de una actuación que iguale o supere a la  obtenida en la edición pasada. Lo mínimo entonces sería pasar a la final. Veamos, en mi opinión, el material humano lo disponemos, los recursos monetarios, el apoyo del país está, lo único que no tenemos es el Director Técnico y es en este punto donde muestro mi total preferencia y predilección por el mejor técnico venezolano de la actualidad: Noel “Chita” Sanvicente. Los resultados, la experiencia, los títulos, los jugadores, los métodos, la prensa, todos lo avalan, pero la FVF y el dúo diabólico de Rafael Esquivel y Laureano González siguen empeñados en no contratar a Chita porque el técnico más exitoso de nuestra historia desnudará las terribles falencias y graves trácalas que hay en la FVF. Sólo pensemos en Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Margarita y ya podremos imaginar una situación conflictiva.
La segunda etapa debe ser a mediano plazo. Esta etapa evidentemente se nutrirá de los resultados obtenidos en la primera de las etapas, la Copa América Chile 2015, pero desde ya debemos ir pensando en ese camino, que no es otro que el Mundial de Rusia 2018. Tomando como hipótesis que el técnico venezolano sea “Chita” Sanvicente, sentimos alegría porque el panorama en cuanto a jugadores de peso en todos los aspectos del juego va en aumento. Tomemos como válido esa propuesta final de Farías en sustentar a la Vinotinto en los jugadores pequeños y habilidosos como Josef Martínez,  Rómulo Otero, Yohandry Orozco y el juego que deberá desarrollar la selección será muy rápido, muy vertical, fuerte en defensa, rápido en las transiciones, jugadores habilidosos y que sepan jugar al primer toque, es decir, el típico juego de un equipo de “Chita” Sanvicente.
Sólo de imaginar una selección con Dani Hernández en el arco; Victor García y Roberto Rosales en los laterales; Oswaldo Viscarrondo y Fernando Amorebieta como centrales; Tomás Rincón y la posible incorporación de Manuel Schmiedebach como mediocampitas de contención y armado; Yohandry Orozco, Josef Martínez y Rómulo Otero en el mediocampo ofensivo, o quizás el mismo Pedro Ramírez y con una única punta como José Salomón Rondón, da para pensar que tendremos una selección fuerte, compacta y de buen pie que será capaz de parársele de tú a tú a cualquier rival del continente. Y el banquillo, las reservas serán también de gran lujo al contar con jugadores como Mario Rondón, Pedro Ramírez, Andrés Tuñez, quizás el mismo Jeffren Suárez y varios otros habituales como Alexander González, Frank Feltscher, etc. Suponemos que el camino será difícil, pero confiamos en la garra y entrega, buen toque, juego asociado que caracterizan a los equipos de Noel Sanvicente en su historial como técnico.
Pero, queda ahora hablar de esa tercera etapa, lo que ya evidenciamos debe ser el largo plazo. La idea no es sólo ganar una Copa América en Chile y clasificar al Mundial en Rusia. Si pensamos sólo en eso, quedará como el recuerdo de una gran gesta heroica llevada adelante por una Generación de Oro pero sin dar verdaderas bases a nuestro fútbol. Será el momento entonces de revisar y evaluar todo lo perdido con una generación para el recuerdo y será, eterno dilema del venezolano, momentos de buscar culpables, de correr la arruga. Ahora, si queremos evitarnos esa tragedia y ese lamento típico nuestro, empecemos desde ya a pensar no sólo en el Mundial de 2022 en Qatar, sino también en una generación sustentable de talentos aprovechables que nos lleven a la cima y nos aseguren el éxito deportivo permanente.
A ver, el escenario actual es una gran cantera de futbolistas regados por el país con muchos talentos incipientes que buscan la manera de destacar en categorías inferiores y que terminan o emigrando al exterior para tener oportunidades con alguno de los equipos del extranjero o terminan por abandonar la práctica del deporte más hermoso del mundo, como diría el conocido Luís Omar Tapia.
Otro aspecto a evaluar son lo poco estructurado de nuestro fútbol menor ya que son muy pocos los equipos profesionales que, en serio, apuesten por sus categorías menores. Podemos hablar que, salvo Caracas FC y quizás algún otro equipo como Deportivo La Guaira, de 7 años para acá es que los equipos de fútbol profesional van pensando en fortalecer sus divisiones inferiores. Y la razón para hacerlo es sencilla: al haber tanto talento, sale mejor y más barato invertir en talento de la casa que seguir pagando sueldos impagables a extranjeros y a jugadores consagrados.
Otra razón de peso para esta reciente inversión y ante la evidente prolijidad de la cantera de jugadores venezolanos es la razón económica y de rentabilidad. Veamos lo hecho por el Caracas FC en detalle: En los últimos años, el Rojo se ha convertido en exportador constante de talento. Recordemos los casos de Ronald Vargas, Roberto Rosales, Oswaldo Viscarrondo, Alexander González, Josef Martínez, Fernando Aristeguieta y la más que probable venta de Rómulo Otero y veremos que los avileños han sabido capitalizar la inversión realizada en la formación de los jugadores. Ahora entendemos el gran interés de la gerencia deportiva en promover su política de exportación de talento. Incluso, con la llegada de Eduardo Saragó al banquillo rojo, esa tónica se mantiene y ya hemos visto a varios jugadores juveniles formados en el Rojo debutando en primera de la mano del técnico caraqueño.
Ante las referencias mencionadas del Caracas FC y los éxitos recientes en divisiones menores a nivel de selección, surge la necesidad de plantearnos alguna solución y/o propuesta que nos lleve a trabajar en ese largo plazo mencionado.
Si revisamos las zonas de origen y residencia de los jóvenes que en los últimos años se han destacado en la práctica de fútbol, podremos observar que su aparición no se ha concentrado en zonas específicas del país sino que más bien han aparecido en zonas tan distantes como Zulia, Sucre,  Bolívar, Miranda, Aragua, Carabobo, Yaracuy, Portuguesa, Mérida, etc. Es decir, entonces, que el fenómeno de la explosión de talento futbolístico no se remite sólo a Caracas, Valencia, Maracay o Maracaibo, que también tienen gran producción de talento, como centros neurálgicos y exclusivos para talentos sino que es un fenómeno de carácter nacional.
Ahora, es aquí donde empezamos a figurar una propuesta y donde la capacidad de imaginación se suelta, se desborda y empezaríamos con las hipótesis. Si yo fuese Ministro del Deporte, aplicaría un plan nada fácil y nada sencillo pero de posible aplicación. El plan es el siguiente: Empezaría a zonificar el país por zonas de influencia, haciendo un estudio detallado de aparición o predilección por la práctica del fútbol en el país. Luego, dividiría el territorio nacional en 10 sectores y en cada sector establecería un CAR (Centro de Alto Rendimiento o Centro de Entrenamiento) exclusivo para la práctica deportiva y la residencia de los jóvenes seleccionados. También podría ser aplicado en las capitales de cada estado y en lugar de tener 10 CAR tendríamos 22 y eso haría mucho más exhaustivo la búsqueda y selección de talento juvenil futbolístico.
Supongamos que ahora combinamos ambas propuestas y que en cada  estado establecemos un Centro de Alto Rendimiento y que a su vez creamos 10 zonas espaciales donde reuniríamos los mejores por estado o centro y podríamos tener la siguiente división:
1.-CAR Zona Central (Ubicado en Valles del Tuy y donde entrarían Aragua, Miranda y norte de Guarico).
2.- CAR Caracas (Ubicado en la capital y cuyo ámbito de interés serían jugadores de la ciudad más los altos mirandinos).
3.- CAR Guayana (Ubicado o en Ciudad Bolívar o en Puerto Ordaz y cuyo ámbito de interés serían los estados Bolívar, Delta Amacuro y Amazonas).
4.- CAR Oriente (Ubicado en Margarita, en Coche o en Cumaná y cuyo ámbito de interés serían los estados Sucre, Anzoátegui, Nueva Esparta y Monagas).
5.- CAR Occidente (Ubicado o en Barquisimeto o en San Felipe y cuyo ámbito de influencia serían los estados Carabobo, Yaracuy, Lara y Falcón).
6.- CAR Los Llanos (Ubicado en Acarigua y cuyo ámbito de influencia serían los estados Portuguesa, Cojedes y Guarico Sur).
7.- CAR Zulia (Ubicado obviamente en Maracaibo o en Cabimas).
8.- CAR Los Andes I  (Ubicado en Timotes o en Apartaderos y con influencia en Trujillo y norte de Mérida).
9.- CAR Los Andes II (Ubicado en El Vigía o en La Grita con influencia directa en el sur de Mérida y en el estado Táchira).
10.- CAR Los Llanos Sur (Ubicado en Socopó o en Barinas y con zona de influencia en Apure y en Barinas).
Ahora bien, el proceso de captación y selección de talento infantil y juvenil sería bien sencillo: Al jugador destacar en una escuelita de fútbol menor o torneo aficionado también, pues inmediatamente debería ser abordado y reclutado para el centro estatal, luego si el joven sigue destacando, pudiera entonces pasar al CAR de su zona respectiva y por último paso, engrosar la selección nacional de fútbol correspondiente a su edad.
Los chicos que engrosen este sistema de fútbol de categorías menores deberán estar residenciados en la escuela a la que pertenezcan y tendrán clases en la mañana o en la tarde como un sistema regular de clases, pero también en el otro turno deberán entrenar. También podrían recibir clases de música, artes, educación para el trabajo, que vayan enriqueciendo la formación de nuestros jóvenes talentos futbolísticos.
Ahora, si es de seguir soñando, llegaría entonces el chance acercarnos a grandes clubes del mundo para que tutelen, asesoren y respalden las escuelas de formación que se vayan instalando y por qué no, más adelante, desarrollar incluso Campeonatos auspiciados y apoyados por esos grandes clubes. Clubes como Boca Juniors, River Plate, FC Barcelona, Real Madrid, Inter de Milán, AC Milán, Juventus, Arsenal, Liverpool, Manchester United, Sporting de Lisboa, FC Porto, SL Benfica, Bayern Munich, Borussia Dortmund, Ajax, Feyenoord, Twente; recibirían una invitación a ser parte de este proyecto y regentar alguno de los centros futbolísticos por capital de estado.
La creación de estos centros y de este sistema imitaría de alguna forma el gran éxito generado con el Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y permitiría vigilar y monitorear el crecimiento, desarrollo, necesidades y formación académica de al menos 4 mil jóvenes de todo el país y ensancharían el espectro de las selecciones nacionales infantiles, juveniles y ya adultas.
Este proyecto o idea es bien flexible y sería fácilmente aplicado a la rama femenina. Es decir, generar la misma cantidad de escuelas o centros también para la formación de jugadoras de fútbol femenino y ya no sólo serían 4 mil sino 8 mil los jóvenes atendidos y con garantía de éxito y buena formación física, intelectual y hasta moral.
Incluso, así como el Sistema Nacional de Orquestas Infantiles organiza giras anuales para sus miembros, es posible que en este proyecto, los involucrados puedan hacer giras alrededor del mundo, visitando América del Sur, Europa y África, de manera que el nivel, el fogueo y la competitividad de nuestros jóvenes futbolistas vaya subiendo.

He aquí delineado mi pequeña propuesta en pro del fútbol nacional. Puede que genere adeptos, puede que genere enemigos. Quedará para discusiones y mejoras o posiblemente, si es que a las hipótesis queremos volver, quedará solamente escrito en este blog, sin ningún interés para alguno de los entes involucrados.

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